La idea de teñirse el pelo en casa puede ser tentadora por su aparente conveniencia y bajo costo. Sin embargo, el mundo de la coloración está lleno de mitos que pueden llevar a resultados desastrosos y daños difíciles de reparar. Aquí desmentimos los más comunes y explicamos por qué la mano de un profesional marca la diferencia.
El Mito: Muchos creen que el producto es el mismo y que solo se paga por la aplicación.
La Realidad: ¡Falso! Los tintes de caja están formulados con un "talle único". Contienen un nivel de amoníaco y peróxido estandarizado y generalmente más alto para poder "funcionar" en la mayor cantidad de tipos de cabello posible. Un profesional, en cambio, mezcla la coloración a medida. Diagnosticamos tu tipo de cabello, su porosidad, tu color base y el resultado deseado para crear una fórmula personalizada, usando el nivel exacto de oxidante necesario. Esto minimiza el daño y asegura un color preciso y vibrante.
El Mito: La foto de la modelo en la caja es una representación fiel del resultado final.
La Realidad: El color final es una suma: tu color base + el color del tinte = resultado. La foto de la caja fue lograda sobre un cabello previamente decolorado a blanco puro. Si aplicas un rubio ceniza sobre un castaño, el resultado puede ser un tono cobrizo no deseado. Los coloristas profesionales aplicamos los principios de la colorimetría para neutralizar tonos indeseados y lograr el color exacto que buscas.
El Mito: Solo hay que esparcir el producto por todo el pelo y esperar.
La Realidad: Lograr una aplicación homogénea, especialmente en la parte de atrás de la cabeza, es extremadamente difícil. Esto suele resultar en manchas, parches más oscuros y raíces de un color diferente al de las puntas (lo que se conoce como "bandas de color"). Un profesional secciona el cabello metódicamente y aplica el producto con técnicas precisas para garantizar una cobertura perfecta y uniforme.
Acudir a un salón no es solo pagar por un servicio, es invertir en la salud y belleza de tu cabello. Un estilista te ofrece:
Antes de tomar la caja del supermercado, piensa en tu cabello a largo plazo. Un resultado profesional es una inversión en tu confianza y en la salud de tu melena.
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